La luna de Dante

La noche se vestía de miedo, augurando un declive anunciado en todos esos besos soñados, esos que no se darían y ya alcanzaban el firmamento con su inevitable agravio. Allí, donde nadie era capaz de percibir el suave viento otoñal, donde nadie reclamaba palabras de vanidad,     Dante acariciaba un sueño marchito, con el egoísmo…

El templo de la muerte

La sangre corría como el torrente de fuego navegando en las oscuras mareas. Los gritos salpicaban aquellas miradas tristes, cargadas por la pena, enardecidas a la sombra. En tanto que los hombres se alzaban, entonando aullidos de adulación, aclamando una vieja salvación mientras se derrochaba la muerte. El silencio acorde acudía a sus gargantas ahogadas…