
Vamos a empezar con un tema que durante mucho tiempo me dio vueltas en la cabeza.
Si ya saben que yo soy muy de may the force be with you, y todo eso. Pero hoy quiero profundizar en una cuestión que muchas veces olvidamos (lo digo por experiencia).
Antes de comenzar, quiero decir o aclarar una cuestión, pequeña pero importante para mí. Creo que a muchos se les olvida que cuando escribo en el blog lo hago desde mi experiencia y constante aprendizaje, no como un ente que sabe y conoce de todo, porque señores, estoy estudiando y practicando constantemente para mejorar. Por eso utilizo un tono cercano y de confianza, y por supuesto, lo que digo aquí es para generar un sano debate e intercambio de opiniones.
Así que zanjado el asunto, vamos al tema en cuestión, y es que lo había pensado hacía un par de semanas leyendo un interesante libro (que no diré porque pronto tendrás la reseña por aquí) y que conforme analizaba, empecé a preguntarme por el autor, cómo apostó por un personaje con tal pureza y que luego escondía semejantes tintes oscuros.
Y es que estoy convencida de que cuando releemos nuestros escritos hemos pensado en esto alguna vez.
No digo al momento de escribir, pero cuando corrijo y releo párrafos, no dejo de preguntarme si el lector entenderá el concepto de la historia.
Últimamente me he sorprendido con libros que nos permiten conocer protagonistas de buen corazón, sí, pero que también esconden otras intenciones, miedos y que podrían verse seducidos por la oscuridad.
Y muchos pensarán ¿Qué quiere decir con la oscuridad?
No podemos más que admitir que luz y oscuridad son dos conceptos bastante utilizados en la fantasía, casi cualquier libro hace alusión a esto como una fiel representación del mal y el bien.
Y con esto del lado oscuro, no quiero decir al chico bueno con un pasado tormentoso que actúa de mala manera, no por favor. Olvidémonos de este terrible cliché y concentrémonos en los buenos personajes, esos que tienen matices, luces y sombras.
Ya lo decía una vez Sirius Black » Todos tenemos luz y oscuridad dentro de nosotros, lo importante es lo que decidimos potenciar».
El conflicto interno
Todos tenemos preocupaciones, miedos o angustias que no nos dejan dormir. Y es que el ser humano es egoísta por naturaleza.
Me pasa que estoy viendo una película en la que llega el fin del mundo, todo pinta horrible, han muerto la mayoría de los seres vivos, no quedan familias, amigos ni nada, y aun así el protagonista lucha contra la muerte en busca de vivir un poco más ¿Por qué? Porque es algo innato, una cuestión de supervivencia a la que estamos destinados (que yo nunca he estado en peligro de muerte, pero por lógica, parece ser así).
¿Por qué hablo de esto? Porque cada vez es más frecuente ver personajes con tintes oscuros en los libros, cuestión que me encanta.
El libro que leí hace poco iba de un protagonista huérfano cuya vida había sido bastante buena tras ser adoptado, y aunque la historia me gustó, el protagonista me falló en todo.
Para aclarar esto diré que era un personaje tan bueno, que nunca se esperaba que hiciera algo malo, aun cuando el mundo corría peligro y las cosas dependían de él.
Creo que por esto me gusta tanto Abercrombie. Nos regala personajes que pueden ser detestables, que nos resultan terribles, pero que conforme leemos podemos llegar a comprenderlos, a entender su situación.
Para muestra voy a hablar de un personaje que me encantó y resulta ideal para explicar este punto.
Sand dan Glokta
Glokta es uno de los personajes principales de La voz de las espadas, y si quieren que os confiese algo, diré que es terrible. Sí, terrible a un punto que no puedes ni imaginar, que te llega a poner los pelos de punta y que sin importar, esperas con ansias el siguiente capítulo en el que aparecerá.
Hablaré muy breve sobre él porque no pienso hacer ningún tipo de spoilers.
¿Quién es Sand dan Glokta?
Un campeón espadachín, héroe de guerra que creía tener un brillante futuro por delante. Por su puesto todo esto antes de ser capturado y torturado, cuestión que lo convirtió en un lisiado y torturador.
Me resulta fascinante conocer a Glotka, saber qué opinión tiene sobre sí mismo y hasta qué punto es capaz de llegar.
También hay que decir que es un personaje bastante atormentado por los fantasmas de su pasado, y por el dolor que no lo deja vivir en paz.
He querido hablar de él, porque considero que Abercrombie nos presenta a un personaje que no es malvado como tal (muchos pensarán que estoy loca y me gusta la tortura), es un personaje con un lado oscuro que está bien justificado y trabajado, y aunque hace cosas horribles, llegas a sentir lo que él siente, y en alguna ocasión quieres que obtenga lo que busca.
Hasta aquí dejaré al bueno de Glokta para no adentrarnos más en su historia y evitar algún spoiler. Eso sí, diré que he disfrutado tanto con este personaje que estoy ansiosa por el segundo libro y ser testigo de su evolución.
El impacto de los personajes
Si pretendes crear un personaje con un arco de transformación increíble, más vale que pienses en ese lado oscuro que duerme en él. Y esto lo digo más como lectora que otra cosa.
Me resultan poco creíbles los personajes que solo arrojan buenos pensamientos, esto es un cliché bastante cansino. Casi tanto como el chico malo que justifica sus acciones con un pasado oscuro.
No, no y no. Me niego a leer sobre estos personajes.
Un caso que he mencionado varias veces en el blog es el de Róndola, novela escrita por Sofía Rhei. Ya sé que soy un poco pesada con este libro, pero creo que hay buenos ejemplos y personajes que podemos analizar.
El caso de la protagonista, Hereva, es una chica buena, bastante dócil que nunca se había planteado otra vida que la que sus padres le tenían planeada. Sin embargo, a lo largo de toda la trama somos testigo de una evolución constante, alcanzamos a ver esas luces y sombras que rodean a la protagonista, y que en algunas ocasiones, ni ella misma conocía.
Este recurso en Róndola me gustó bastante, conocer al personaje casi al mismo tiempo que él lo hace.
Y han sido muchos los autores que apuestan por dejarnos personajes con distintos matices, bien construidos y que parecen más humanos que personajes.
Otro que juega mucho con este recurso es George Martin.
Si vemos el caso de Sam, un chico cobarde que ha sido enviado al mundo para desaparecer de la vista de su padre, sabemos que es un personaje de buen corazón, cierto. Pero eso no impide que existan sombras en torno a él. Al igual que su buen amigo Jon Snow, deben lidiar con sus fantasmas, temores y ambiciones, muchas veces en contra de su honor.
No solo los villanos
No solo los villanos son egoístas o ególatras, te sorprenderías cuánta gente hay en las calles que reúne estos atributos.
¿Para qué engañarnos?
Vale que los malos sean malísimos y tienen ambiciones terribles, pero hay personajes como Dumbledore que también tienen sus ambiciones y manipulan o engañan para cumplir con ese destino.
Quiero decir que debemos aprender a mirar con lupa esas diferencias entre lo bueno y lo malo, hace poco me planteaba la razón de los villanos y sus atuendos casi siempre oscuros.
¿Existe una ley que obliga a los villanos a vestir de negro?
Pues eso, no, y tampoco existe una ley que diga que las buenas personas no tienen un lado oscuro, ya lo dijo Sirius y yo me apego a esa filosofía.
Muchas veces me han dicho que un personaje tiene que evolucionar o involucionar, durante una novela, para así demostrar que la trama lo afectó.
Un abrazo.
Es cierto Luis, yo soy de quienes tienen la opinión de que el personaje debe sufrir un cambio, para bien o para mal, me gusta saber que la trama a cambiado algo en el personaje. Saludos
Quizá Batman rompe la regla, viste de negro y, por el contrario, casi todos los villanos a los que se enfrenta visten trajes multicolores. Las historias de ese personaje de comic giran en torno a lo que has expuesto. ¿Qué diferencia al héroe del villano? O más ¿es el héroe el responsable de que exista ese villano? Perdona la referencia a una de mis pasiones… Ya en la literatura soy de la opinión de que los personajes deben tener profundidad, pero también dependiendo de la historia que se esté contando. En historias de género (fantasía, aventuras, ciencia ficción) me gusta que los papeles estén más o menos claros. En esas historias lo que yo quiero leer es precisamente una historia fantástica en la que los personajes sean una pieza más, que haya buenos y malos. Eso sí, que sobre todo sean normales, es decir, que no sean personajes con luces y sombras exageradas. Porque entonces no me los creo. Es decir, el personaje bueno puede tener pecadillos, pero no entrar en la oscuridad solo porque así parezca más profundo. Un personaje que me fascina es del género negro: el detective Marlowe. Es un tipo corriente, ni más valiente ni más cobarde que cualquiera, con predilección por el alcohol y las mujeres, pero en una medida razonable. Ni es un alcohólico ni un acosador, que es como entraría en la oscuridad. Un tipo corriente, ni santo ni diablo. Un tipo como yo, lector. Y a ese tipo le pasan cosas, debe enfrentarse a situaciones de su investigación. Pero siempre es el héroe.
Si que me parece adecuado que el personaje pulule por la oscuridad en las historias que giren sobre él. Por ejemplo American Psycho. El personaje de esa novela es la Oscuridad en persona, pero ¿cómo pegaría en una historia de fantasía como El Señor de los anillos? Nada.
En fin, creo que hay que diferenciar distintos tipos de oscuridad y pensar sobre todo en la historia general que estamos contando.
¡Excelente entrada, Iris!
Mil gracias David, la figura de Batman y todo lo que implica me encanta como explicación. Lo que planteas es muy cierto, yo apuesto por personajes reales, y lo que dices es verdad. También me gustan que podamos establecer esa diferencia entre buenos y malos, pero que exista un planteamiento y que en ocasiones podamos ver similitudes, es decir, buenos y malos a veces tienen más en común de lo que pensamos. Claro, esto es una reflexión un tanto peculiar, y aunque a mí me gustan un tanto los personajes oscuros también disfruto con los héroes. Gracias por la interesante reflexión, un complemento ideal a todo lo que daba vueltas en mi cabeza. Un abrazo
Das en la clave de lo que es la actual fantasía heroica y que ha venido a renovar el género: los claroscuros, los matices grises, el, en una palabra, realismo en un contexto irreal. En efecto, Abercrombie es un maestro en ello, y Glokta (solo por poner un ejemplo, porque sus libros están llenos de personajes multidimensionales) es el paradigma, alguien a quien tan pronto te apetece abrazar (con reparos, que da asquito 😀 ) como darle un buen par de hostias…
¡Me encantan esos personajes con matices! Yo es que soy muy de los villanos, por eso tal vez me choquen un poco los buenos buenísimos, por eso apuesto a los tonos medios. Que sí, son buenos, pero tienen que tener algo más que me enganche, en esto pensamos de manera muy similar. Gracias por comentar, un abrazo.
¡Hola Iris! Creo que es relativo que los personajes deben tener matices para verse más reales, porque todo depende de nuestra percepción, de lo que creemos que es real o no. Para mí, todo depende del contexto y de cómo el autor ha desarrollado la trama; si el autor nos entrega personajes con tintes oscuros, está bien; y si el autor desarrolla personajes, malos y buenos sin ningún tipo de matices no le veo el problema.
¡Por supuesto! Cada autor tiene su estilo y nos regala los personajes que más se adapten a él, yo por citar el caso de Abercrombie, que como me gustan los personajes con esos matices, quería rescatar esa idea. Aunque también me gustan los héroes, aunque si de elegir se trata, me quedo con los que tengan luces y sombras, pero ya es un gusto muy particular.
Por hablar de eso Rowling juega muy bien con esto (tenemos personajes muy buenos, otros muy malos y algunos con matices). Ya es cuestión de gustos, un saludo Elizabeth. Besos
Por alguna razón me duele el kokoro cuando dicen que Dumbledore manipula y engaña, sé que es así, pero no quiero creerlo.
Por lo demás, tienes toda la razón: un buen personaje tiene su pizca de malicia. Nunca se me olvidará el día que descubrí que Harry Potter era un puto temperamental.