
Entiendo que a muchos no les agrade la idea de sentarse a planear y estructurar la trama, prefieren dejar que las musas los tomen por sorpresa e ir guiándose de la mano de estas. Pero, por otra parte, los escritores necesitamos organización, planificar nuestra novela y así mejorar nuestra productividad y evitar dejar hilos sueltos.
Al menos en la literatura fantástica, en la que tengo más experiencia, creo que la organización juega un papel importante. No solo por la creación de personajes y la estructura dramática, también por la creación de mundo.
Y es que la creación del mundo es algo con lo que nos vamos a encontrar sobre todo si queremos escribir fantasía o ciencia ficción. Es cierto que hay escritores que parten de mezclar el mundo cotidiano con ciertos elementos fantásticos o futuristas, aunque por otro lado, puedes crear un mundo desde cero, con nuevas instituciones políticas, distintos países, reinos, galaxias…
En la cabeza de un escritor hay miles de mundos por crear y descubrir. Por esto creo que cuanto mejor te planifiques, más provecho podrás sacar a la historia.
Lo que nos funciona mejor
Siempre me he considerado una escritora (aprendiz) que se decanta por la inspiración y la planificación. Sí, soy un poco rara, y es que casi todo lo que escribo lo hago partiendo de mundos completamente imaginados en los que me invento todo.
Ahora bien, para esto primero me surge una idea, y conforme consiga dar forma a ella, voy trabajando en el mundo en que planeo desarrollar la trama.
Cuando escribo relatos ni siquiera pienso en esto. Solo dejo que la inspiración tome forma y me lleve por las páginas sin detenerse a pensar demasiado.
Ahora la cosa cambia cuando en lugar de dos mil palabras nos enfrentamos a sesenta mil. Desde luego en el primer caso las cosas se van dando con mayor naturalidad, mientras que en el segundo, debemos trazar cuidadosamente las líneas por las que vamos a caminar.
Además, un punto a favor de organizar tu novela es que si te quedas bloqueado, tendrás una trama planteada y será más difícil abandonar tu historia, podrás recurrir a tu escaleta para planear el desarrollo de las próximas acciones.
Sé que hay escritores que se arriesgan y no planifican nada, los admiro. Yo me aferro a las ideas y la
s voy estructurando en capítulos, por esto no espero a estar sentada frente a la página en blanco, simplemente voy sacando ideas pequeñas y cuando escribo les doy forma.
Presentación, nudo y desenlace
Hay distintas maneras para organizar tu novela. Puedes optar por uno de las más utilizadas de todos los tiempos y que a menudo vemos en las historias que leemos.
Y es que este punto particular tiene que ver con estructurar la trama, las historias que apuestan por el viaje del héroe normalmente recurren a esta organización, desde luego no es algo excluyente.
No toda historia debe estructurarse bajo este formato. La estructura es la escaleta de nuestra historia, la repartición de las escenas, de los acontecimientos.
Cuando escribo intento fijar algunas cosas determinadas que quiero que ocurran a lo largo de la trama, ya con esto tendrás el esqueleto de tu novela, esas acciones que no faltaran.
Para organizar tu novela debes tener claro cuál es la idea principal, el argumento por el que regirás lo que va a ocurrir. También establecer qué elementos desencadenaran el conflicto principal. En este primer punto, el autor juega con las motivaciones y objetivos de los personajes, es importante que los tengas claro, y recordar dosificar la información para el lector. No puedes soltar todo de golpe porque no sería creíble, las cosas se van sucediendo, y la información llega en el momento justo.
Los capítulos
Aunque opto por estructurar un poco la trama cuando ya llevo varios capítulos escritos, intento hacer una escaleta por la que me voy guiando conforme avanzo. Esto lo hacen muchos escritores, es una manera efectiva de seguir con el hilo de la historia y evitar dar saltos.
Desde luego, es importante saber que la escaleta no es algo definitivo, muchas cosas cambian a medida que avanzas escribiendo y es solo una guía que te ayudará a atar los cabos sueltos y no dejar las ideas en el aire. También es útil para las subtramas, evitarás dejar alguna sin terminar y poco a poco forman parte de la trama central de la historia.
Aquí me gusta remarcar la importancia de que cada capítulo cuente algo. Es decir, no solo te esfuerces en escribir más, antes vale la calidad que cantidad, si te organizas, corres un menor riesgo de añadir capítulos vacíos que aportan poco o nada a la historia.
Cada capítulo debe contarnos algo, ya sea de la trama central o la subtrama, debe ayudar al avance de la historia y evitar estancarla.
El conflicto principal de la historia
Para que el lector llegue al conflicto emocionado, debes haber creado una buena expectación y sorprenderlo en el momento importante de la historia. Para esto necesitas un buen comienzo, que enganche, e ir desarrollando la trama para crear esa curiosidad que los llevará a este punto.
Tener claro cuál será el conflicto de tu historia te ayudará a mantener el suspenso y repartir las dosis de información a lo largo de toda la trama.
En cuanto abordes el conflicto el lector debe tener en claro cuáles son las motivaciones y objetivos de los personajes. ¿Por qué actúa de esa manera y no de otra?
Puntos de giro
Los puntos de giro son acciones o acontecimientos que dan un vuelco en la historia. Dificultan las cosas y normalmente alejan al protagonista de su objetivo.
Lo recomendable es al menos tener un par de puntos de giro que compliquen la trama y hagan creer al lector que el protagonista no lo logrará. Esto complica el conflicto central, y para esto debes tener en claro cómo se resolverá ese conflicto o problema y qué consecuencias desencadenará. Nunca te olvides que toda acción lleva una reacción, y aunque las cosas se solucionen positivamente siempre atraerán consecuencias. El lector querrá saber qué ocurre después de que todo está resuelto.
No dejes cabos sueltos. Intenta dejar todo resuelto, el desenlace debe ser la resolución del conflicto y el punto al que lleva a los personajes.
Calendario y fichas
Elabora un calendario en el que marques tus avances con la escritura. En esto también puedes plantear cada personaje (crear un ficha) en la que puedas ver su desarrollo y las líneas por las que se ha movido. Funciona muy bien para las subtramas.
Concentrarte en las acciones y establecerlas en una estructura de capítulos te dará las claves para que los sucesos relevantes cobren protagonismo. De esta manera estableces los giros y puntos argumentales más importantes, le das dinamismo a la historia y evitas aburrir al lector. Después de todo quieres engancharlo y que continúe leyendo hasta el final.
Personalmente soy de esas personas que odian dar rodeos y, precisamente por eso, soy de los que siguen la historia principal sin desviarse demasiado. Hay que llevar cierto cuidado con las subtramas para no romper el equilibrio, ayudan mucho a la profundidad de los personajes pero es eso, llevar un equilibrio y cuidado. Lo mismo pasa con la estructuración de la novela. A mí me gusta dejarme llevar pero con cierto cuidado, siguiendo una pequeña escaleta como tú bien dices :3
No a muy cierto! Tampoco me gusta dar rodeos, aunque la subtrama siempre tiene su peso debe tener equilibrio. Gracias por comentar. Saludos
Pues en general, coincido con tu forma de enfrentarte a la escritura de una novela, aunque los apuntes (las fichas, los recordatorios, los acontecimientos que han ido pasando para no incurrir en contradicciones internas) no suelo tenerlos previamente. Me limito a una idea general muy básica (personajes principales, intro/nudo/desenlace en tres frases simples y motivación principal de la trama central), para ir luego desarrollando. Es decir, que tengo un esquema general en la mente que luego, conforme escribo, voy ordenando, lo que a veces, por supuesto, me lleva a tener que volver a escribir pasajes en el texto 🙂