
Todos tenemos un punto débil al escribir. Para algunos es difícil comenzar la historia, a otros les cuesta decidir los temas que quieren tratar, y otros no saben cómo debe terminar su historia. Siempre dudo de la mejor manera para conseguir un buen final para mi novela.
El cierre de una novela es un punto decisivo que el lector lleva esperando desde que comenzó. Hay que admitirlo. Cuando leemos y estamos enganchados a la trama, nos morimos por conocer el desenlace.
La cuestión surge cuando ese final o punto no es lo que esperabas. Muchas veces he cuestionado historias que tienen una trama y un ritmo asombroso, te mantienen a la expectativa, y cuando llegas al punto decisivo, te sorprende un final más bien flojo.
¿Qué quiere el escritor?
Todo escritor quiere cautivar a sus lectores, encaminarlos a través de buenas páginas, enamorarlos de sus personajes, del escenario en el que nos cuenta la historia, y para terminar, quiere dejarle un recuerdo que sea imborrable. Quiere regalar ese punto final que los deje pensativos, que no puedan sacar de sus cabezas esas últimas líneas que han marcado sus vidas.
Y como muchas veces nos cuenta encontrar ese final, hoy vengo con un post en el que hablamos de ¿cómo conseguir un buen final para mi novela?
Construir una historia
Escribir una historia lleva tiempo. Es cierto que muchos escritores se dejan llevar por la creatividad, en tanto que muchos otros prefieren planificar la novela paso a paso.
Ambas técnicas tienen sus puntos fuertes. Es cierto que el inicio que engancha promete que el lector continúe leyendo toda la obra. Pero tener una trama estructurada y bien llevada, logrará que sea más sencilla la transición entre los actos de la obra.
Lo que hace que nuestra historia pase de buena a increíble es el final. Si ese último punto es muy predecible o no gusta al lector, corremos el riesgo de que toda su percepción respecto a la novela cambie.
A lo largo del proceso de creación la trama debe fluir con naturalidad, los actos y las acciones deben sucederse con la lógica que acompaña todo el planteamiento. Para esto es necesario que el escritor comprenda su creación, porque muchas veces sentimos tan propia esa historia, que nos gusta imponer situaciones que no son requeridas.
Las tramas y los personajes deben abarcar esas líneas argumentales por las que han desfilado a lo largo del texto.
Y aquí cabe mencionar un punto importante: tramas y subtramas. A lo largo de la novela aparecen nuevas historias y personajes para dar mayor profundidad a la historia, lo que no puedes hacer es llegar al final y centrarte únicamente en los personajes principales o protagónicos.
Cada trama y personaje debe tener un desenlace.
El lector desea conocer su desenlace, quiere saber qué ocurre con cada una de las líneas que planteas.
¿Con esto qué quiero decir? Todo lo que aparece tiene una finalidad, un fundamento. Olvídate de presentar personajes porque sí, tienes que tener claro qué función cumplen dentro de la historia. ¿Ayuda al avance de la trama? ¿Está presente en la resolución del conflicto?
Tratar distintas subtramas puede enriquecer la historia. Pero si estas no llevan a nada, lamento decirte que estás añadiendo paja. Sí, esas páginas de relleno no son necesarias y no aportan al avance de los protagonistas.
Cuidado con los personajes
Aquí vamos a otro punto importante. Muchos empezamos a dejar que salgan personajes por doquier, y olvidamos su importancia dentro de la novela. No es necesario que sean personajes inolvidables o con mucha importancia. El punto clave es que tengan una función. ¿Por qué debe aparecer en la novela? ¿Qué función cumple?
Y en cuanto a los personajes principales, necesitas conocer su arco de transformación. Debe existir cierta evidencia del cambio que se ha efectuado en ellos.
Los lazos necesitan estar establecidos. Si tu protagonista cruza un puente en medio de la noche y se consigue con un hombre que le ofrece una advertencia, evidentemente ese personaje, es una fuente de información que conecta con el personaje y tiene un peso valioso. Es un arma importante para ayudar a la sucesión de los acontecimientos, acelerar tramas y dar fundamento a lo que ocurre.
Los personajes son quienes nos van llevando a través de la historia, con quienes compartimos un lazo, por esto el final debe incluir ese cierre que el lector espera.
Olvídate de los clichés o los estereotipos
No digo que busques el final más rebuscado ni sorprendas con un final que nadie se va a creer.
El cierre de la novela debe ser acorde con el planteamiento.
No busques crear una historia que se desarrolla en una granja con personajes sencillos, y que en los últimos capítulos aparecen unos soldados alienígenas para ayudar al protagonista a matar a su tía malvada.
Todo debe de estar dentro del marco del escenario y los puntos que has marcado como reales en el mundo de tu historia. Esto es uno de los elementos que más evaluó y tomó en consideración al momento de plantearme un buen final para mi novela.
Los clichés o estereotipos pueden jugarnos una mala pasada, nadie espera ya leer esos eternos finales felices donde no han sufrido y todo pasa casi sin darse cuenta.
Debes recrear las escenas, incluir a los personajes en la acción y evitar que sea predecible.
Me gustan mucho las historia que te dejan pistas, que te van soltando cosas poco a poco, y cuando te encuentras en el desenlace, te quedas de piedra, sabías que lo tenías todo para darte cuenta de lo que estaba ocurriendo y aun así no lo veías.
Por supuesto que para esto deben estar muy trabajadas las tramas y las subtramas, los hilos que conectan las historias y poco a poco te llevan al final.
La lógica en el mundo de la novela
Has establecido un mundo lógico en el que se desarrolla tu novela. Desde luego los personajes, a pesar de su transformación, deben permanecer fieles a este mundo. Todo lo que has planteado ha sido por una razón, no puedes dejar cabos sueltos, en el final todo deberá estar bien establecido.
Si quieres conseguir un buen final para tu novela debes atender estas cuestiones:
-Los elementos deben tener una finalidad. Si al principio un personaje habla sobre un objeto o misterio, esto debe tener una razón, debe llevar a algo.
-La transformación de los personajes. Todo personaje ha de cruzar de un punto a otro, delimita este arco a través de los acontecimientos y establece qué cambios tendrán.
-Construye la búsqueda de tus personajes, sus motivaciones y objetivos, y que al final el lector pueda apreciar el lugar al que lo llevo esa motivación.
-No quieras engañar al lector. No escondas elementos ni guardes sorpresas para el final, puedes conseguir un desenlace inesperado aun mostrando todos los elementos que lo llevarán hasta allí.
Un buen final para mi novela
Este es un gusto particular. Antes de empezar un libro siempre leo el último párrafo, es que me gustan las historias que cierran con una frase que resuma la historia. Algo tan emblemático que se quede en la memoria del lector y lo haga añorar ese libro que se va. Todos pensamos en esa frase que nos haga creer haber encontrado un buen final para mi novela.
Les dejo una de mis favoritas de Gabriel García Marqués de Cien años de soledad.
“Sin embargo, antes de llegar al verso final ya había comprendido que no saldría jamás de ese cuarto, pues estaba previsto que la ciudad de los espejos (o los espejismos) sería arrasada por el viento y desterrada de la memoria de los hombres en el instante en que Aureliano Babilonia acabara de descifrar los pergaminos, y que todo lo escrito en ellos era irrepetible desde siempre y para siempre porque las estirpes condenadas a cien años de soledad no tenían una segunda oportunidad sobre la tierra”
Hola.
Excelente artículo, puntos extras por meter a mi adorado Gabo.
La verdad es que no hay nada más difícil que cerrar una novela, en especial si lo haces sin un plan; para eso nada mejor que dejar plant (pistas) y mcguffins (objetos centrales). Si alguien quiere aprender a escribir buenos finales tiene que leer muchos cuentos y ver mucho cine: la novela va más del viaje de los personajes que de la solución de un conflicto, así que el arco argumental no se siente lo suficiente.
Saludos.
Muchas gracias! Era un posible no mencionar a uno de los más grandes, además ese final es magnífico. Saludos