
El tema de los personajes lo he tocado un poco de manera superficial en otras entradas. Sin embargo, es imposible cansarnos del tema cuando son los personajes los que dan vida a nuestra historia, y para que el lector quiera seguir leyendo debemos ofrecer unos personajes que realmente le gusten y de los que quiera seguir leyendo.
Muchas veces cuando escribo me planteo cuestiones sobre mis personajes. No quiero decir que me detenga a estudiar su historia o pasado, pero sí que considero ciertos aspectos básicos que lo hagan creíble, y sobre todo que los hagan humanos.
No me refiero a humanos como forma física. Me refiero a tener emociones, sentimientos, miedos y motivaciones. Vamos que puede ser la historia de un puerquito valiente, pero lo que hace que sea exitosa es la humanización de esos personajes, sin importar si es un ganso, un puerco, una araña.
Si me preguntas, mis personajes favoritos son casi siempre los vulgares. Sí, esos que gozan de normalidad y que les dan cotidianidad a la obra, los que te hacen sentir cercano a ese mundo, a las situaciones, a la historia.
No sé por qué, pero me gusta ese personaje un tanto atípico que a veces resulta un poco difícil encontrar en libros.
Es que suelo identificarme más con los antihéroes, o tal vez solo forme parte de un gusto muy personal. Pero disfruto encontrarme personajes que no sean buenos ni malos, que pueda comprender sus deseos y las motivaciones que mueven sus acciones.
Marcel Proust y el cuestionario
El escritor francés Marcel Proust, propuso un cuestionario que puede ayudar a plantearnos una visión un poco exacta de nuestros personajes. El cuestionario le ha sido atribuido al autor, aunque hay quienes difieren de esto.
En fin, el cuestionario resulta interesante para cualquier escritor que quiera conocer a profundidad sus personajes. Por motivos prácticos las he resumido a 15 para dejar por aquí.
- ¿Lugar en el que te gustaría vivir?
- ¿Talento que desearías tener?
- ¿Cuál es la idea de felicidad perfecta para ti?
- ¿Qué cambiarías de ti mismo?
- ¿Ocupación favorita?
- ¿Palabra o frase que utilizas en exceso?
- ¿Qué pedirías si estuviese a punto de morir?
- ¿Tu mayor temor?
- ¿Cuál es tu mayor extravagancia?
- ¿En qué ocasiones mientes?
- ¿Cuándo y dónde has sido más feliz?
- ¿Su color favorito?
- ¿Qué hábito ajeno no soporta?
- ¿Su héroe de la vida real?
- ¿Un héroe de ficción?
Este cuestionario básico es una gran propuesta para conocer esos gustos o preferencias de nuestros personajes. Yo recomiendo hacerlo, sobre todo cuando tenemos dudas. Es ponernos en la piel del personaje y pensar cómo lo haría, respondiendo a sus inquietudes o gustos personales.
Para hacer buenos personajes se necesita un pasado
La historia de nuestro personaje nos hace comprender mucho de su personalidad. No necesariamente tenemos que ofrecer al lector una biografía al detalle de nuestro personaje para que comprenda sus características. Podemos ofrecer un trozo de su pasado o de su historia, algo simple que haga comprender el porqué de sus acciones.
Si nos detenemos a pensar en nuestro pasado, encontramos acontecimientos que han marcado nuestros rasgos, el cómo nos desenvolvemos o cómo reaccionamos ante determinadas situaciones. Esto ocurre con los personajes, por eso es recomendable ofrecer al lector una visión a trozos de su pasado (si tiene cuestiones de importancia o relevancia)
Debes tener en cuenta que el lector siempre va a querer saber quién es el personaje, y por qué es así.
Basta con esbozar ese pasado haciendo comprender situaciones o hechos que han marcado su personalidad.
Inseguridades
Sí, un personaje tiene dudas, miedos e inseguridades. Lo correcto es analizarlas y ofrecer matices creíbles para que al lector no se le antoje algo extraño.
Si bien podríamos pensar que el miedo a las arañas es una inseguridad tonta, no olvidemos a Ron Weasley y su fobia, cómo la autora nos presenta una situación que podría ser graciosa vista desde el mundo real, pero cuando te enfrentas a miles de arañas y una de tamaño desproporcional no es nada agradable.
Puedes jugar con esos miedos y dudas, todos tememos a algo. Algunas veces en un aspecto más conceptual, temor al futuro, a la muerte, al olvido. La clave está en las perspectivas que ofrecemos y cómo estas son determinantes en las acciones de nuestros personajes.
La suspensión de la incredulidad
Muchas veces observamos personajes deshumanizados cuyo único placer es aplastar cabezas. Son así y ya, el lector no tiene una razón para ese comportamiento, no sabe por qué le genera tanto placer o gusto. Y aquí es donde yo meto mi gran interrogante ¿Para qué crear personajes planos?
No, no me creo que a una persona le guste solo aplastar cabezas, tiene que haber algo más, un motivo o una explicación.
Y en este punto se hace difícil engañar a nuestro lector. Quiero decir, otro aspecto a valorar es que el personaje sea creíble en el entorno que se desenvuelve.
Y muchos podrían asegurar que no es necesario, que la ficción lo permite todo y solo es dejar que nuestra cabeza cree absurdas y maravillosas ideas.
No, no y no…
Por mucho que te esfuerces escribir fantasía, ciencia ficción o cualquier género literario que se base en ficción, tiene que existir un marco bien establecido entre lo posible y lo que no es posible para nuestros personajes.
Hace mucho tiempo leí un libro de una joven espartana que se hizo pasar por muerta para disfrazarse como hombre y entrar al ejército a vengar la muerte de su hermano.
He de admitirlo, el libro me gustó, pero había cosas que no terminaba de creerme. Los que saben un poco de historia universal, y los que han estudiado la cultura grecorromana saben de las costumbres de los ejércitos, y se me hace un poco difícil imaginar que a nadie se le pasara por la cabeza que ese personaje era realmente una chica (de senos abultados, figura menuda…) aún más cuando muchos de los soldados se paseaban desnudos o compartían el lecho.
No sé, no solo eso, podría citar muchas otras cosas. A pesar de que la historia me gustó, había ocasiones en las que me sentía molesta porque no terminaba de creerme lo que ocurría.
No juegues con el lector, no asumas que ha de creerse todo lo que le cuentas sin cuestionar nada, y no mientas.
Y por último
Antes de leer sobre cualquier héroe o personaje con súper cualidades o excentricismos, quiero leer sobre personas. Sin importar la situación, si están salvando la galaxia o la corte de los orcos depende de sus decisiones, quiere ver que son personas como yo y como todos.
Y esto es lo que atrapa al lector, lo que obliga a leer y no despegarse de nuestras páginas. Porque no es solo el medio o el ambiente lo que interesa, queremos personajes redondos, con miedos, búsquedas, emociones…
Y tú ¿tienes alguna técnica particular para crear buenos personajes?